martes, 19 de octubre de 2010

Moviendo un poco con el pie la arena en una playa: "acabo de cambiar la estructura del universo" J.L. Borges

Comparto algo que me parece mágico por lo que generó hace 15 años y por lo que genera hoy.
El eco del amor, su reverberación, no tiene límites...
Tristán A.
(clic en más información para leer todo el artículo)

¡Hola Ramón, Matías y familia!

Simplemente les escribo para reenviarles un mail que recibí en respuesta a otro mail que mandé yo a un músico instrumentista, que una vez supimos escuchar con Marcos en un auto que nos llevó unos km por el sur, y la verdad que ese momento fue tan particular que llegamos a saber de quién era esa música etc. Yo después, con los años, identifiqué bien al artista y mi viejo me compró un casette de él, pero quedó en el recuerdo… aunque ayer, leyendo la revista Matices, en uno de los anuncios figuraba este artista que se llama “José Luis Tubert” que inclusive ahora vive en el barrio de Villa Belgrano y da clases de flauta, etc. La verdad que me sorprendió tanto que me nació escribirle un mail para contarle lo que alguna vez nos había hecho sentir su música, etc. y que formaba parte de un recuerdo muy especial y le hago una breve reseña de lo ocurrido. La verdad que su respuesta fue muy emotiva y por eso no quería dejar de compartirla con ustedes.
Cariños, Tristán

El 29 de julio de 2010 21:50, escribí

Estimado José Luis

Como verás, te escribo desde mi mail que es de mi agencia de viajes, pero no te escribo para ofrecerte nada, simplemente me nació contarte algo ya que fue una grata sensación saber que alguien como vos ahora es vecino del barrio y hace unos cuantos años formaste parte de uno de los momentos ¡más increíbles e inesperados!
Si tenés tiempo y leés esto te darás cuenta que es más especial de lo normal… y lo cuento como para revivirlo por un ratito ya que lo he guardado muy en lo profundo de mi alma…
Hace aproximadamente 15 años atrás, mi amigo Marcos y yo teníamos 17 años y éramos compañeros del colegio Fernando Fader. Muy amigos y muy amantes de la naturaleza. A esa edad emprendemos un viaje de mochileros (a medias porque hicimos unos tramos en bus) para el Sur, Junín de los Andes; nos internamos por algunos caminos hacia la zona de los lagos, primero fuimos por el circuito del Huechulaufquen-Paimun y luego por una travesía de dos días de montañas llegamos a otro camino del Currue chico y grande en donde se encuentran las termas de epulafquen y que era el lugar en donde vimos que nos podíamos dar un baño con agua caliente ya que nuestra carpa no la armábamos en camping así que prescindíamos de baño, ducha etc… teniendo una vida lo más simple posible… y justamente acá es donde vos através de tu música generás un momento muy especial. Caminando para cambiar de lago para volver a armar la carpa, hacíamos dedo para avanzar más rápido y en un momento, en medio de la cordillera de los Andes, se aproxima un auto importado de lujo que hasta nos inhibió hacerle dedo... pero gentilmente paró y nos ofreció llevarnos unos kilómetros. Se nos dibujó una sonrisa en el rostro y nos subimos tímidamente pensando que tal vez era demasiado lujo para el tipo de viaje que nos habíamos propuesto realizar, aunque al pasar los minutos nos vemos envueltos en un mundo distinto, el paisaje se veía de otra manera, otros colores, otros aromas y otros sonidos, indudablemente algo estaba pasando… Y era que estaba sonando tu música, un CD de flautas traversas que nos había transportado a lo inimaginable…
Hoy Marcos ya no está entre nosotros, pero sin dudas quedan esos momentos especiales marcados para siempre en el alma, y con tu música de fondo, como aquella vez, lo hacen más precioso aún.
Un abrazo, y gracias por tu tiempo.
Tristán


Hola Tristán,

Gracias por escribirme contarme eso tan lindo. Yo siempre he sentido que la única forma de trascendencia en el tiempo que me interesa es la de la reverberación infinita que queda de cualquier acción, de cualquier gesto. Uno dice una palabra, cambia una mirada con alguien, toca una melodía, alguien lo ve o lo escucha, y algo en su vida cambia. Y tal vez años después esa persona hace algo o deja de hacerlo, debido al rastro que ese gesto, esa melodía, esa palabra o esa mirada deja en su vida. Y eso a su vez afecta a otra persona, y así hasta el infinito. Por eso Borges alguna vez dijo, moviendo un poco con el pie la arena en una playa: "acabo de cambiar la estructura del universo". Es asi y fijáte vos como todo esta interconectado. Yo hoy desde el mediodía andaba con un sentimiento de tristeza al que no podía atribuirle ninguna razón. Hace una hora sentí ganas de llorar, y no sabía por qué. Y un rato después recibí un mensaje por facebook, de una ex-alumna de hace unos 25 años por lo menos (del Colegio Nacional de Bariloche), que me decía esto: maestro querido sabés quería ir al colegio sólo para tener la alegría de la clase de música, hoy trabajo en el mundo de la medicina como técnica de cardiología y uno de mis hijos toca el violín (hace el profesorado) y piensa en un par de años ir a capital a probar suerte. Fuiste uno de los pocos profesores que me respetó y con dos palabras que me regalaste me hizo pensar en mejorar ¡¡Gracias!!

Y un rato después recibo tu mail, que estuve a punto de borrar sin leer, porque pensé que era publicidad y yo en este momento no pienso viajar a ningún lado. Y me encuentro con ese recuerdo tuyo tan único. Es como si alguien se estuviera ocupando de consolarme y hacerme sentir bien, ¿no te parece? Cuando tenía unos 18 años vi una película sobre San Francisco de Asís, titulada Hermano Sol Hermana Luna, que me conmovió muy hondamente. Fue la primera vez que escuché esa oración que dice: "Señor, haz de mi un instrumento de tu paz". Y me lleguó muy adentro. Mi educación fue totalmente atea, pero en ese momento sentí que eso era algo que estaba pidiendo dentro mío. Y de mil maneras, eso ha seguido siendo lo más importante en mi vida, ese deseo de ser un instrumento de paz, un instrumento de amor, de belleza, de ternura, de magia, de alegría... un montón de nombres distintos para una única realidad que puede manifestarse dentro de cualquiera de nosotros en cualquier instante, porque es un estado permanente, del que muchas veces no nos damos cuenta porque nos distraemos con otras cosas. Por eso, para mi es muy significativo lo que me contás.
Te decía que la única forma de trascendencia que me interesa es esa reverberación, que en este caso me vuelve porque vos supiste que era yo quien había tocado esa música. Pero tantas veces ocurren cosas así sin que nadie sepa el nombre de quien lo origina. Y sin embargo la función se cumple igual. Te cuento una historia.
Yo tenía 16 años, estaba en Estados Unidos con una beca de intercambio, viviendo con una familia en Ohio. Hacía unos 6 meses que había empezado a estudiar flauta. Y estaba caminando una tarde de invierno por Ann Arbor, en Michigan, cuando oí una melodía desde lejos, en medio de la ciudad nevada. Años más tarde ese recuerdo me hizo escribir un poema que dice así:
Recuerdo una tarde luminosa de invierno en Michigan,
una melodía dulce se derrama por el aire.
Sobre la escalinata de un edificio, a contraluz,
la silueta de una adolescente tocando la flauta.
Pasaron los años y no pude evitarlo...
me creció una flauta entre las manos
y a veces, en las tardes de invierno,
mi aliento se vuelve melodía.
Yo era bastante tímido y no me animé a acercarme, así que esa chica nunca supo que yo la escuché. Ni supo que su melodía motivó ese poema, o que me hizo comprender el increíble poder que puede tener una flauta tocada al aire libre. Y que muchos años después, en buena parte debido a esa experiencia, me decidi a tocar en la via pública, y toqué durante años en muchas ciudades del país, también en Tokio, en Nueva York, en Miami, y mucho en el sur de Francia, al paso de la gente. Y calculo que me deben haber escuchado unos 8 millones de personas aproximadamente. Y muchas de esas personas me han contado como de alguna manera escucharme produjo un cambio importante en sus vidas. Y de algún modo todo eso es consecuencia de la melodía que es chica tocó esa tarde de invierno con su flauta dulce... La vida esta llena de magia y de belleza. Y la magia mas maravillosa está en este aliento que está entrando en este instante dentro nuestro, gracias al cual existe para nosotros todo lo demás.
No sé cuál sería el disco que sonaba ese día hace 15 años, pero pienso que puede ser éste que te mando de regalo, titulado "Perlas Mágicas", que es el volumen 3 de Música de Bariloche. En este mail te mando como archivo adjunto un tema, Greensleeves, que son variaciones sobre una canción de amor de autor anónimo de hace más de 500 años.
Gracias por escribirme.
Un abrazo grande.
José Luis



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